31 diciembre 2014

Visita del caminante del cielo

El Caminante del cielo, subido en su nube rosada como siempre, me saludó desde la Aurora. Fue una gran sorpresa porque el lugar, la temperatura, todo era muy distinto de cuando lo vi por primera vez.

También, como de costumbre, llevaba mucha prisa y con un pico de su manto se cubría parte del rostro: Cero grados son como para tratar de abrigarse, aunque supongo que eso es una sensación muy humana y ellos, Seres de otras dimensiones, no sufren tanto con los calores y los fríos.

Solo una cariñosa mirada, un esbozo de sonrisa, pero me comunicó un saludo de mis abuelitas y de mis amigas-hermanas del alma. Claro que también tiene una explicación terrenal: ayer estuve buscando viejas fotos y encontré justo la que buscaba: una de mis bisabuelas paternas. Un hallazgo importante porque eso da a mis hijos la posibilidad de poder ver a una de sus tatarabuelas. No sé la fecha exacta de su nacimiento pero tal vez 1860.

Por otro lado, por el lado materno, un primo mío consiguió una gran información de uno de nuestros antepasados y esa si data de 1593 y se sigue bien el rastro hasta nuestros días porque se quedaron por los mismos lugares.

Las raíces supongo que son importantes, saber de dónde se procede, plantarse con firmeza en el presente y saber, más o menos, hacia dónde se quiere ir.

Hoy, 31 de diciembre de 2014 he quedado para tomar un café con una de mis amigas hermanas. Nos conocimos hace muchos años, trabajamos 34 años juntas y no recuerdo que nunca tuviéramos una discusión seria, un enfado.. Ha ido pasando la vida: cumplimos con nuestro trabajo, criamos a nuestros hijos y ella sigue criando a sus nietos: ocho, mientras que a mí todavía no me han llegado.

Siempre la sentí como mi hermana mayor, aunque solo me lleva un año, dispuesta a ayudar, a proteger y a marcarse unos pasos de muñeira cuando nadie la veía por los pasillos. Reír, cotillear... ser justas, enseñar, escuchar. “Nos pagan por escuchar” - le decía yo-

Por supuesto hay algunas más y ahora el círculo se ha extendido al otro lado del océano: México, Cuba.. y se seguirá extendiendo ¡sabe Dios por donde!

Gracias al 2014 que ya se aleja con sus experiencias de dolor y amor, de alegría, de aprendizaje. De lugares nunca vistos y al mismo tiempo recordados, impresos en nuestra memoria ancestral y recuperados porque nada se pierde.

Y bienvenido al 2015, nuevecito, sin estrenar, rebosante de proyectos, ilusiones, regeneración. La fusión perfecta entre lo que fui, lo que soy y lo que confío en llegar a SER.

Gracias a mis abuelos y abuelas, a mis padres, a mis hijos y a mis amig@s del alma.

Gracias al Caminante del Cielo por su visita en un día tan especial.

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