08 septiembre 2015

Otoño

Precioso día de otoño con algo de adelanto porque según el calendario aún faltan días para que sea oficial.

Mi padre decía que no hay mejor época del año para hacer fotos porque la atmósfera está limpia, nítida y los perfiles de las cosas resultan claros y precisos.
¿Sería lo mismo si pudiéramos hacer fotos del alma?

La mía hoy se encuentra tranquila, a pesar de todo el ajetreo que se avecina y la lucha con la maleta, que aunque ahora ya no sean los mismos modelos ¡no hay forma de cerrarla!
Además de la ropa y otros enseres, querer llevarse un trozo de aquí al otro lugar, querer seguir siendo uno mismo cuando no es posible porque lo ideal es adaptarse al sitio que vayamos: absorber su energía, la forma de hablar, la esencia de la tierra formada también por su vegetación y lo que transmite.

Sí, esto es un cierre, no sé bien porqué. Cierro esta serie de “Cosas mías” que ha sido un plasmar en el papel (o en el ordenador) sensaciones, emociones... pero sobre todo en plena libertad. Escribir lo que siento en cada momento sin cánones establecidos. No son cuentos, relatos o cualquier otra denominación. Reflexiones  sobre lo que me rodea o lo que eso me influye por dentro.

El lenguaje, la transmisión, lo más bella que puedo, para mí, no pensando de cara al exterior.

Y volviendo a mi viaje, espero que todavía los hermosos flamboyanes me estén esperando y  estén en flor. Árboles grandes, fuertes, plantados hace tiempo y con racimos de flores anaranjadas como sonrisas grandes que alegran los días.

El calor terrible, sé que me va a doler, derritiéndome literalmente... bueno, hay que ver siempre la parte buena ¡estupendo para el cutis! Para arrastrar toxinas y dejar la piel limpia y suave como la de un bebé.

Ya os contaré cuando vuelva. Tengo la esperanza que será un gran renacer: nuevas personas, aprendizajes, paisajes y mi corazón que en cuanto llego, se abre y mi sensibilidad se expande, sin poder ni querer evitarlo.

¿Que saldrá de todo esto? ¡Quien sabe!

Mejor no proyectar nada, dejar que el Universo nos guíe, nos premie con valiosas experiencias y guardarlas en ese lugar secreto y solo nuestro.

Lo bueno si breve dos veces bueno. Así que os dejo. Cuidaos y cuando me recordéis enviadme “buenas vibra”. Yo, como siempre, enviaré burbujas de todos los colores, incluso, a lo mejor, de algún color nuevo portando otros dones.

Gracias por estar ahí. Os quiero