03 julio 2015

En la cafetería

Mojar los churros en el café descafeinado. Ambiente agradable. El periódico lo lee otro.

Música de Nueva York ¡cuanto me queda por ver!

Enfrente flores rojas en un mini-jardín. Pasan coches, la gente, la vida

La cantante sigue y entra: eso es lo que quiero ser ahora, soy ritmo y melodía.

No hay televisión ¡que alivio! Tengo que correr la voz

Venir más veces, disfrutarlo.

Los niños, de dos en dos, alboroto, excursión urbana

Un poco más aquí, después iré a la batalla y ganaré. No tan serio, solo como en el escondite: por mí y mis compañeros.

Jazz, chasquear los dedos siguiendo el ritmo, entregar el cuerpo o el alma. No pensar, dejarse ir

Mañana de primer día de verano para mí, aunque no sea la fecha exacta en el calendario.

Me miran dos cascos de motorista descansando en una silla.

Un gorrión se asoma, revolotea pero no se atreve a entrar

El saxo ¿alegre o triste?. Sobra la batería, se agradece la voz, sensual.

Un señor con traje y corbata y otro pantalón corto, camiseta y tenis rojos. El camarero con delantal  negro sale a respirar.

El autobús urbano pintado de verde a paso de tortuga, se desliza delante del olivo  y el aire está ahí dando vueltas aunque no se vea.

Como los grandes, escribiendo en una servilleta de papel. No se vayan a escapar las ideas.

Un poquito más, se está bien aquí. Tengo que venir más veces, como hoy, con las calles recién amanecidas.

El ruido de arrastrar las sillas, el humo del cigarro separado por una cristalera.

Hace unos días se despertó mi oído ¡cuantos sonidos!. Conversaciones, tos, una bocina cerca y otra más lejos. En la cocina trastean con la loza, los vasos, las teteras: fregar, ordenar, servir: ¿Lo quiere tibio o más caliente?

Una moto emprende su camino suavemente. Se han ido los cascos.

Pasa el bus turístico con el segundo piso abierto. De momento el único ocupante el sol.

Enfrente un cartel naranja me sonríe o tal vez se está riendo de mí. No se lo tengo en cuenta.

El lenguaje me acompaña pero me cansa la tensión, el estar alerta.

Ya es hora,  ¡que pesado el reloj, siempre me está empujando! Dentro de un momento me iré.

Ha cambiado el ritmo, más rápido, más bailable, sigue sonando inglés pero podría ser Brasil ¡cuanto me queda por ver!

1 comentarios (+add yours?)

Anónimo dijo...

Me gusto. Muchas felicidades.

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