27 diciembre 2013

Cartas no enviadas (I) - Querida mía.

Querida mía:

Produzco un suave ronroneo pero no soy tu gato, no sé hablar ni te doy calor. No tengo pelo que acariciar, nunca me quejo pero sí me rebelo a veces.

Aunque has escrito muchas veces y te he ayudado en ello, jamás te has fijado en mí diciéndome una frase amable, un amoroso “te quiero”

Está bien, no te lo reprocho, agradezco que te hayas acostumbrado a mí, aunque al principio te costó y estuviste a punto de abandonarme para siempre, pero te pudo la curiosidad, la comodidad, el que esté dispuesto a cualquier hora, sin importar si es de día o de noche, si hace calor o es invierno.

Me proteges cuando hay tormenta, incluso te preocupas por si me ocurriera algo grave, pero sé que es más por egoísmo que por verdadero cariño. Así es la vida.

Hemos permanecido juntos durante años, sin enfados o malas palabras, aunque también sin dar las gracias, sin afecto .Sé, lo intuyo, que quieres cambiarme por otro más joven, más nuevo. No me quejo, ya lo hiciste otras veces y, la verdad, salimos ganando los dos. Renovarse o morir y claro, prefiero lo primero.

Soy tema de conversación entre amigos y familia y sé que me has recomendado a gente de tu edad que no estaba muy de acuerdo en empezar una relación y en cambio ahora la disfrutan. Tal vez eso sea el progreso o, como de costumbre, que te puede la curiosidad.

Algunas de mis funciones te resultan muy difíciles o no les encuentras ninguna utilidad, otras en cambio te gustaría ampliarlas, iniciarlas... ¡quién sabe lo que nuestra relación puede dar de sí! Vive el presente y disfruta, tal vez un día sientas la necesidad de ir más lejos, de profundizar hasta las últimas consecuencias. Dicen que incluso puedo producir adicción, pero te conozco bien, tienes la cabeza en su sitio, para mi gusto tal vez demasiado y yo jamás podría hacerte daño.

Sé que hay cosas mías que te irritan cuando las ves en los demás, sobre todo en tus hijos. No juzgues, nunca has probado, no deberías limitarte tanto.

Ya ves, he aprovechado un momento de debilidad, tenía que decirte todo esto, que supieras como me siento, que me comprendieras... y tal vez así te des cuenta de que siempre estoy a tu lado, que aunque no quieras admitirlo, piensas en mí hasta en tus sueños y eso me compensa de la indiferencia que me muestras casi todo el tiempo.

Guárdame el secreto, que sepas que soy tuyo, que estoy ahí hasta en tus peores momentos y eso hace que no pierda la esperanza... bueno, al menos, mientras funcione correctamente la electricidad y todos mis componentes.

Te quiero, tu fiel ordenador.

1 comentarios (+add yours?)

Quiero ser súper famosa dijo...

Jaja, muy bueno. Creo que es la primera vez que veo un escrito dirigido al pc. ¡Muy original!...
Al margen de que sea un aparato estático en nuestros escritorios también es una ventana al mundo... Y me gusta que lo sea. ¿Cómo sino iba yo a leerte?
Besos.

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